Nahuel Mittelbach es un joven militante radical de Florentino Ameghino, estudia abogacía en la UBA y actualmente se desempeña como Secretario de Gobierno de la Municipalidad homónima.
En continuidad con nuestro ciclo “Jóvenes gobernantes”, quisimos entrevistarlo para mostrar por un lado, la capacidad para formar dirigentes de la Juventud Radical y por el otro, llevar a todos lados el mensaje de que los jóvenes pueden estar en el ejecutivo y que es necesario que se entienda que hay que legitimarlos como actores políticos.
Nahuel, coméntanos de tus inicios en el radicalismo, ¿cómo fue que te acercaste al partido?
Mi afinidad por el partido empezó por la cuestión familiar, principalmente por el lado de mi mamá, alfonsinista de primera hora, e hija del abuelo Jesús, a quien no tuve la suerte de conocer, pero según cuentan, un gran militante del frondizismo.
Más concretamente, me acerqué más al radicalismo en el año 2013, cuando Negucho (pareja de mi mamá) fue candidato a concejal y me pidió que le dé una mano en la campaña. En ese entonces éramos oposición y teníamos un escenario muy difícil. Así arranqué. “Ploteamos” un Ford Falcon rural modelo 88´ que hacía las veces de rodante, y aprovechando las largas vacaciones que tenía en mi primer año de facultad, me largué a recorrer las calles de Ameghino pasando la música de la campaña. La letra de esa canción no me la olvido más.
Esas elecciones las perdimos, pero con un resultado que nos volvía a posicionar como alternativa. A fin de ese año, me invitan a un campamento de la Juventud Radical En Lucha en la ciudad de La Plata. Ese día fue una bisagra en mi vida. Volví a casa maravillado de ver a tantos jóvenes, con tantas ganas, hablando de temas interesantes, orgullosos de los próceres de la UCR, y que tenían una rebeldía que no había visto hasta entonces. Definitivamente fue ahí cuando empecé a descubrir mi pasión por la política y la UCR.
Y tu Ameghino natal, históricamente, ¿ha sido un distrito radical o se ha corrido desde atrás para la intendencia?
Si hablamos del partido político más votado históricamente, no partimos del escenario más favorable. Vale aclarar que Florentino Ameghino es uno de los distritos más jóvenes de la provincia de Buenos Aires. La autonomía se logró en el año 1991, hace 27 años, del partido de General Pinto. La historia y los relatos populares hablan de que el movimiento autonomista tiene más de 100 años, pero también es verdad que en la sanción de la ley provincial que declaró la autonomía, hubo una gran injerencia del radicalismo local.
Luego, llegó la primera elección para Intendente, y vaya a saber que cuestiones fueron tan “complejas” para generar división en radicalismo local. Con el partido dividido, se terminó imponiendo Patricio García, del Partido Justicialista, y luego de 24 años ininterrumpidos de gobiernos peronistas, en 2015 nos tocó. Un poco a raíz de esa división partidaria del 91, que nos impidió poner el broche de oro a la gesta autonomista, viene mi desprecio hacia las internas sin sentido.
¿Qué valor le das a la militancia?
Todo el que se le pueda dar. Yo la vivo como un aspecto central de mi vida, algo que merece dedicación todos los días. Creo que es el motivo más noble para dejar de lado el individualismo, y así transformarnos en verdaderos seres sociales. Y por supuesto, cuando ésta se lleva adelante en la Unión Cívica Radical, y particularmente en nuestra organización juvenil, con todo lo que eso significa, es una experiencia inigualable.
“Creo que es el motivo más noble para dejar de lado el individualismo, y así transformarnos en verdaderos seres sociales”
Comentame de tu paso por la JR. ¿Creés que es la institución fundamental para modelar a un militante?
Yendo por parte, mi paso por la Juventud Radical comenzó en momentos donde el radicalismo tenía una crisis de representación interna, casi no disputaba poder, y había un estancamiento generalizado.
En ese esquema, podría afirmar que me acerqué a militar al lugar más indicado para empezar a revertir ese escenario: la Juventud Radical En Lucha. Allí se vivía un microclima dentro del radicalismo que daba todos los motivos para pelear por la renovación, la modernización, la jerarquización de los jóvenes y la reconstrucción de la UCR en la provincia.
Yo me sumé en 2014 y ya había todo un sistema de recorridas continuas por Buenos Aires, de formación política y de encuentros donde se reunían la mayor cantidad de jóvenes que militaban activamente. En 2014 nos tocó perder las elecciones internas. Pero lejos de la resignación, redoblamos los esfuerzos en cada uno de los puntos que mencionaba. Al final, en 2016 logramos alcanzar un hito importante para la organización, como fue llegar a la conducción de la Juventud Radical Buenos Aires, a través de Pablo Juliano, y con representación de todos los espacios provinciales. Me gusta hablar de un hito y no de una finalidad. Porque siempre sentimos que la conducción era un medio, un hecho que le ponía el broche a una etapa.
A partir de allí comenzó la verdadera tarea que venía a proponerle la JR En Lucha al partido. Creo que los últimos dos años hablan por sí solos: modernización creciente, gran capacidad de convocatoria, un alto nivel de discusión política, más calidad formativa con una escuela de formación, una provincia minada de jóvenes radicales protagonizando los concejos deliberantes, los gobiernos locales, y representados en el Congreso de la Nación por Jose Mendoza, como la diputada nacional más joven de la historia.
Al fin y al cabo, creo que es el resultado del trabajo y la madurez de todos los espacios. Sin los consensos necesarios nada de eso hubiese sido posible.
Por eso, para terminar de contestar a tu pregunta, aunque prefiero hablar de “nuestro” paso por la Juventud Radical, yo, particularmente, le debo todo lo que soy y lo que quiero seguir siendo en política. Creo que ese punto de vista lo comparto con la mayoría de los jóvenes que hoy ocupan un cargo. Mucho más en estos tiempos, donde el dinamismo, el empuje y la participación activa de la juventud son requisitos excluyentes para cualquier partido político que aspire a protagonizar el siglo XXI.
Quizás hace algunos años, había una exigencia de la dirigencia en general de “cumplir” todo el ciclo de la juventud, para pasar a “las ligas mayores”. Hoy, tenemos decenas de jóvenes radicales del país que son convocados mucho tiempo antes –y en buena hora- para entrar a la cancha. En ese sentido, creo que el paso y la continuación del camino en la Juventud Radical es fundamental desde diversos puntos de vista. No alcanza solo con ser joven y radical, hay que formarse, involucrarse, demostrar y también, resignar tiempo con tus seres queridos, para ser responsables ante quienes nos eligen.
¿Y del radicalismo de la provincia de Buenos Aires? Planteame tu postura acerca del proceso que se está gestando después del 2015
Considero que a nivel general hoy existen dos tipos de radicalismo: el que interpreta el momento histórico que estamos viviendo, y el que no puede ver más allá de la nostálgica de la década del 80.
Ahora bien, si hablamos de la conducción del radicalismo nacional, y particularmente del de la provincia de Buenos Aires, estoy muy conforme de que se encuentre expresada la primera posición. Claro que con muchísimos aspectos por mejorar.
Mirándonos unos 3 años para atrás, el 2015 obedeció netamente a la cuestión coyuntural de un año electoral. Pero el hecho de haber logrado destronar al peronismo después de 28 años de atraso y abandono en la provincia, y que la fórmula ganadora haya sido integrada por Daniel Salvador, a mi criterio, fue el condimento más trascendental para que empiece una verdadera reconstrucción y puesta en valor de la UCR Buenos Aires.
El liderazgo de Daniel y la madurez de la mayoría de los sectores, han sido determinantes en este proceso. Si miramos la fotografía del radicalismo antes de 2015, e incluso antes de 2017 y la comparamos con la del presente, veremos cambios, actitudes, y hechos que significan un salto cualitativo y cuantitativo que el partido no vivía desde hace muchísimos años. Hoy tenemos un radicalismo que disputa poder, que gobierna intendencias, que conduce las cámaras legislativas, que aporta funcionarios provinciales y municipales, que le da participación a los jóvenes, y principalmente, que actúa con la responsabilidad de ser parte de una bisagra histórica en la provincia de Buenos Aires.
“Hoy tenemos un radicalismo que disputa poder, que gobierna intendencias, que conduce las cámaras legislativas, que aporta funcionarios provinciales y municipales, que le da participación a los jóvenes”
Ahora, hablame de cómo llegaste a ser secretario de Gobierno de tu municipio. ¿Cuán importante crees que es que un joven esté en gestión?
Creo que se dieron muchas situaciones que contribuyeron a que el intendente me convoque.
Calixto me conoce prácticamente desde que nací, por la amistad que tiene con mis padres. Cuando él volvió a la política luego de varios años, para asumir la tarea de conducir el comité local en 2014, yo ya militaba muy activamente en la juventud. Siempre compartíamos puntos de vista y teníamos muchas coincidencias. Al año siguiente, cuando lanzó su candidatura a intendente, lo acompañé a la distancia, ya que estaba más metido en lo provincial.
Antes de que se dé su triunfo, recuerdo que en cada oportunidad que venía a Ameghino, me acercaba a su veterinaria a charlar sobre el partido, el escenario electoral, y las ideas que tenía para cambiar nuestro distrito. Siempre tuvimos un intercambio muy sincero, fluido y constructivo.
Cuando se dio el triunfo, me puse a su disposición para lo que pueda serle útil desde Buenos Aires y La Plata. Fue así que empecé a darle una mano con gestiones en provincia y nación, y siempre con la voluntad de acercar ideas, experiencias de otros municipios, contactos, y proyectos.
En 2017 se logró un acuerdo muy importante para el armado de la lista, donde hubo representación de todos los espacios de Cambiemos, con el radicalismo encabezando. En ese momento, y aprovechando que desde la JR nos veníamos formando en comunicación política, le presenté a Calixto un esquema integral para encarar la campaña y así arranqué, coordinando la campaña con otros amigos que eran parte del equipo. A mi criterio, fue enorme, que tuvo su coronación con una elección histórica para el radicalismo local. Sacamos el 49% contra un 33% del peronismo.
Finalizó el año, y los primeros días del 2018, Calixto me convocó para que me sume a su equipo como Secretario de Gobierno y Hacienda, ya que Hugo (secretario anterior) le había confirmado su retiro después de un trabajo ejemplar en la primera etapa del mandato. Ese día, antes de contarle semejante novedad a mi familia y a mi novia, llamé a varios amigos de la Juventud Radical. Más que un logro propio, siempre lo sentí como un logro colectivo, que nunca podría haber sucedido sin las herramientas y los lazos humanos que me dio la JR. Pero también, me gusta decir, y lo hago convencido, que detrás de cada joven que es convocado a asumir un cargo, hay un dirigente mayor generoso.
Creo que la participación de los jóvenes en lugares de toma de decisión siempre da un valor agregado. Aunque siempre hay que guiarse por la prudencia y la responsabilidad, ese toque entusiasta y dinámico siempre suma. Mucho más en el esquema del equipo de Calixto, en donde la mayoría somos relativamente jóvenes y existe un trabajo mancomunado muy sano.
¿Creés que la UCR puede aportar más militantes sub 30 al gobierno, sea nacional, provincial y local?
Absolutamente. Hoy, aunque ya somos muchos los jóvenes que somos parte de gobiernos de distintos niveles, la mayoría de los dirigentes del partido, ya sea que integren equipos ejecutivos o legislativos, son acompañados por jóvenes de menos de 30 años. Son antecedentes irreversibles, y la tendencia es que sean cada vez más los que tengan su oportunidad.
Por último, ¿creés que tu caso es una punta de lanza para abandonar los tiempos de infantilización de los jóvenes como actores políticos?
Creo que para hablar de un cambio de paradigma, es más correcto poner énfasis en la importancia de todos los jóvenes que ocupan distintos lugares. Claro que este proceso no es casual; hay un trabajo continuo, mucho esfuerzo, y madurez que ha logrado la Juventud Radical en los últimos años. Sin lugar a dudas, el proceso de crecimiento de los jóvenes radicales, y principalmente de las mujeres, está más cerca del presente que del futuro. Creo que somos absolutamente conscientes de ello, y es nuestro deber seguir trabajando para que la renovación sea permanente y detrás de un objetivo común: llevar a la Unión Cívica Radical a lo más alto.