Lilia Puig es una mujer de renombre en la Unión Cívica Radical. Es politóloga y fue presidenta de la Honorable Convención Nacional del radicalismo, diputada nacional y actualmente se desempeña como parlamentaria del Parlasur.
Conversamos con ella respecto de la agenda regional y el trabajo que realiza.
¿En qué abordajes se centra la agenda del Parlasur en la actualidad?
El Parlasur no tiene una agenda como organismo regional, en realidad la agenda se va armando a partir de las propuestas que cada uno de los parlamentarios hace, con plena conciencia, además, de que no tienen capacidad de decisión, sino que fundamentalmente lo que pueden hacer son recomendaciones. Consecuentemente, y sobre todo a partir del ingreso de la delegación argentina, la agenda es muy diversa, no tiene una especificidad propia, lo cual no la distingue mucho del funcionamiento de cualquier otro parlamento nacional.
¿Hasta qué punto el Parlamento del Mercosur aporta a la integración política e institucional en la región?
El Parlasur en la medida en que cumple con sus obligaciones fundamentalmente relativas a los informes de la situación de los derechos humanos de los países miembros, hace un aporte a la integración política e institucional de la región. Esa es una de las tareas más importantes que el Parlamento tiene, y consecuentemente, cuando la comisión de Derechos Humanos va a recabar los informes en los países, cumple una importante tarea política en términos de hacer un control sobre esa situación específica. Yo creo que es, quizás, una de las más importantes funciones que tiene el parlamento, que es el control in situ de la vigencia de los derechos humanos.
¿Cómo es abordado en la diversidad ideológica, el proceso de crisis general que atraviesa América Latina?
En realidad, lo que te puedo decir, es que desde nuestra asunción en diciembre de 2015 -que coincidió con la asunción de los parlamentarios venezolanos que son diputados de la Asamblea Nacional- se fue dando progresivamente una intensificación del conflicto alrededor del status democrático o no del régimen político venezolano. Ese debate que se mantiene hasta hoy, que ha sido un debate muy intenso, muy fuerte, muy sororo, ha ido acompañado también de fuertes discusiones en torno a la situación de Brasil, básicamente en relación a la destitución de la presidenta Rousseff, y también luego la detención del ex presidente Da Silva. Es decir, toda esa crisis de la representación política brasilera ha tenido un gran impacto en el parlamento del Mercosur, lo que ha llevado a que muchas de sus sesiones hayan estado atravesadas más por el debate político que por la posibilidad de sacar despachos, sobre todo cuando hay conciencia de que los que se van a sacar no son obligatorios para los países miembros.
“Toda la crisis de la representación política brasilera ha tenido un gran impacto en el parlamento del Mercosur”
Actualmente, se ha incorporado como un tema de agenda la persecución política y los asesinatos que se llevan adelante en Nicaragua por parte del gobierno de Ortega, es decir, la transformación de un régimen autoritario en prácticamente una dictadura en camino a régimen totalitario, entonces, la agenda política de América Latina evidentemente -dada la naturaleza de la misma que está atravesada por una especie de guerra civil en cada lugar, aun cuando no se llegue a veces a tanto- hace que sea inevitable el debate ideológico.
¿Cuál es la agenda que trabajas? ¿Como se viene dando la cuestión de género hacia dentro del órgano?
En primer lugar, la cuestión de género, es decir el Parlasur refleja a los parlamentos de los países, y sacando el caso de la delegación argentina, que es la que más mujeres tiene, son pocas las mujeres paraguayas y muy pocas las mujeres de Brasil y de Uruguay, porque tienen sistemas que no garantizan el cupo y mucho menos un privilegio de posición, entonces la temática de la cuestión de género es una cuestión latente, cuando se discute no ha tenido oposición, digamos, los despachos han salido favorables en este sentido, pero la presencia femenina es una presencia escasa.
La agenda mía es, fundamentalmente, una agenda que está orientada al fortalecimiento institucional del parlamento del Mercosur. Yo creo que es un órgano importante, porque tiene esa capacidad de representación popular de los pueblos del Mercosur, y me parece que, en esta etapa, en donde todavía no hay condiciones para emitir una legislación que además nunca podría ser obligatoria porque se trata de un órgano internacional y no supranacional, mi agenda está direccionada a corregir problemas de carácter institucional del parlamento y a tratar de mejorar su situación institucional a fines de garantizar su estabilidad, que hoy se encuentra muy afectado por los manejos de la mesa directiva que elude al pleno, y todo esto porque hay un control político por parte de una de las tendencias internas del sobre la asamblea.
“El Parlasur tiene esa capacidad de representación popular de los pueblos del Mercosur”
Existe un fuerte trabajo de nuestras parlamentarias en la lucha por posicionar a la mujer política en América Latina, ¿se refleja eso en Parlasur?
Nuestras parlamentarias, María Luisa Storani, Norma Aguirre y yo, tenemos una postura defensiva en la lucha por la situación de la mujer y ha habido numerosos proyectos, fundamentalmente hechos por María Luisa, que nosotros hemos acompañado porque le reconocemos a ella el privilegio en esa agenda, porque es con la que ha trabajado siempre. Por supuesto que ese trabajo parlamentario se refleja y ha permitido poner en debate una agenda de derechos de la mujer.
¿En qué se está trabajando frente a la crisis humanitaria en Venezuela? Hace poco hiciste una intervención sobre la documentación de la inmigración y al éxodo venezolano…
Respecto de la cuestión de Venezuela, nosotras fuimos muy activas junto con María Luisa, pero también con Gabriel Fidel y Norma, en la cuestión en sí misma, y desde un primer momento dejamos en claro de que había un ataque hacia la Asamblea Nacional. Esto ya era en el mes de febrero de 2016, es decir que fuimos acompañando, lamentablemente, la decadencia de la institucionalidad democrática venezolana haciendo las denuncias correspondientes en ese plenario y también, acompañando la gestión política de los venezolanos de la unidad y fundamentalmente a partir de los parlamentarios de acción democrática, que son el partido de la Internacional Socialista con el cual nosotros somos socios.
Hemos reclamado una acción humanitaria por parte del parlamento del Mercosur, la necesidad de que fuera su mesa directiva, esto costó muchísimo ya que fueron a fines del año pasado, porque ahí tenemos el problema del control político por parte de una coalición integrada por miembros del PT, miembros del chavismo y miembros de una fracción del frente amplio. Es difícil a veces conseguir los votos, porque ellos constituyen una minoría muy intensa y muchas veces han contado con los votos como para controlar las decisiones del plenario.
En lo personal, y junto a Maria Luisa, hemos hecho muchas tareas relacionadas con los amigos de Venezuela, y que han tenido que ver con defender su derecho al tránsito en toda América Latina más allá de la validez de sus documentos, la necesidad de proteger a los miembros de la Asamblea Nacional frente a los embates del chavismo y otras formas más violentas, y hemos integrado todas las actividades que se piensan para los venezolanos en el parlamento del Mercosur.
¿Es posible pensar en un Parlamento Regional que motorice integración política, económica y cultural, como sucede en la UE?
Me parece que lo que no se puede dejar es un organismo de integración librado a las burocracias. Las burocracias son rígidas y solo miran la ley y el cumplimiento de la misma, únicamente tratan de entender el mundo a través de ella y no se dan cuenta de que hay intervenciones que deben ser hechas porque la legislación no alcanza a cubrir la cantidad de problemas que se suscitan en un proceso de integración. Entonces, la participación de políticos y, principalmente, de políticos selectos, portadores de la soberanía popular, cumpliría con una función importante, que es la adecuación de las normas a las necesidades, es decir los burócratas no pueden modificar las normas, se tienen que atener a ellas, cosa que los parlamentarios pueden modificar.
“Lamentablemente hoy no hay buenos vientos porque existe una intencionalidad por parte de miembros del gobierno argentino de hacer caer el parlamento del Mercosur”
Hay una agenda de integración y no está suficientemente tomada por nuestros países, porque lo que hubo en las gestiones de los Kirchner, fue de enorme retroceso en términos del Mercosur. Nosotros terminamos con conflictos con los países vecinos. Recuerdo el caso de las papeleras, por ejemplo, cuando muchos de estos temas se podrían haber solucionado en el marco de buenas gestiones políticas del propio parlamento. Así, es que el parlamento debería tener en su agenda los conflictos fronterizos, los problemas que hacen a la integración social en nuestras sociedades, buscando que existan los mismos estándares a fines de la radicación de los miembros de los países del Mercosur en cada uno de los países, digamos, que exista una simetría en el reconocimiento de los ciudadanos.
Estas son cuestiones de una agenda posible que, sin dudas, el parlamento podría hacer, pero por ahora falta tiempo porque se necesita que exista una integración cierta con representantes selectos. Lamentablemente hoy no hay buenos vientos porque existe una intencionalidad por parte de miembros del gobierno argentino de hacer caer el parlamento del Mercosur, la misma opinión tienen algunos otros aliados que hay dentro de Cambiemos, pero el radicalismo con esto tiene que ser consecuente y seguir adelante con el proceso de integración tratando de que este se profundice más allá de las debilidades que hemos tenido hasta ahora.
La Argentina sola no va a poder resolver los tremendos problemas que tiene de desarrollo, los grandes problemas que tiene con su empobrecida sociedad tanto en lo económico como en lo social y cultural.